Rebaja del IVA de los alimentos esenciales: ¿suficiente?

Desde el 1 de enero de 2023, el Gobierno ha suprimido el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de los alimentos frescos o de primera necesidad. La medida se aplica principalmente a los productos que ya tenían el tipo reducido al 4%, además de los aceites y las pastas, para tratar de aliviar la situación de las familias, especialmente la de aquellas con bajos ingresos, en el contexto de inflación económica generalizada en los países de la Unión Europea.

En concreto, la rebaja se aplica a los productos que ya tenían el tipo reducido del 4%, es decir, a alimentos considerados de primera necesidad, que pasarán del 4% al 0% de IVA. Entre ellos se encuentran el pan común, las harinas panificables, las leches producidas por cualquier especie animal (natural, certificada, pasteurizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo), quesos, huevos y las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales que tengan la condición de productos naturales de acuerdo con el Código Alimentario y las disposiciones dictadas para su desarrollo. En el caso del aceite de oliva y semillas y la pasta, la rebaja es del 10% al 5%. Las rebajas tributarias, explican desde La Moncloa, permanecerán en vigor hasta el 30 de junio de 2023.

“La bajada del IVA tiene un impacto en productos frescos, harinas y legumbres. Y nos parece fenomenal cualquier ayuda que se pueda hacer. Sin embargo, a los cereales y las bebidas vegetales, que son las categorías más penetradas por el bio en España, no se aplica”, explica David Caré, CEO de Biogran. Y añade: “La medida todavía no entra en el lifestyle, que para alguien que consume bio está muy segmentado”.

“Los cereales están incluidos, pero en grano, los de desayuno no. Todo lo procesado o extrusionado queda fuera. Cualquier medida es buena para incentivar el consumo, pero si damos el paso de ir a categorías que casi todo el mundo consume o por las que entran al bio, mucho mejor”, afirma en este sentido Maria Herranz, Directora de Marketing y Comunicación en Biogran.

Aunque escueta, esta reducción impositiva puede ayudar a que, a pesar del aumento general de precios, muchas familias sigan comprando productos de primera necesidad ecológicos. “La medida nos parece insuficiente, pero se agradece. Puede ser, en buena medida, un bálsamo para el sector ecológico”, explica en un comunicado Ángeles Parra, presidenta de la Asociación Vida Sana. “Esta medida permite, a su vez, corroborar que, cuando se quiere, se puede. Necesitamos medidas valientes como esta para una verdadera transformación del sector alimentario hacia la agroecología, con sus tiempos y sus pautas, aceleradamente y sin pausas, pues hay que combatir las grandes encrucijadas a las que nos enfrentamos: el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad”, añade.

Aumentar el consumo de productos ecológicos continúa siendo uno de los principales retos del sector. España está todavía a lejos del 10% de consumo bio fijado como objetivo para 2030. Con el objetivo de poner en valor la producción ecológica, organizaciones sectoriales, entre ellas Ecovalia o ASOBIO, reclaman un IVA 0 en los productos ecológicos.